martes, 18 de julio de 2017

Asertividad y Fibromialgia: Aprende a decir "NO"

Durante toda mi vida he aprendido, como todo el mundo, muchas cosas, pero me hubiese gustado que me hubiesen enseñado a ser asertiva.
Asertividad y Fibromialgia: Aprende a decir "NO"

La asertividad es un modelo de relación interpersonal que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás; tiene como premisa fundamental que toda persona posee derechos básicos o derechos asertivos. Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la pasividad, que consiste en permitir que terceros decidan por nosotros, o pasen por alto nuestras ideas; y por otro lado tenemos la agresividad, que se presenta cuando no somos capaces de ser objetivos y respetar las ideas de los demás.

A veces, por educación, por miedo a ofender a los demás o a quedar mal, tenemos un comportamiento más bien pasivo que hace que nos dejemos llevar por los demás. En el caso de las personas con fibromialgia, este comportamiento resulta especialmente duro, ya que se anteponen las necesidades de los demás a las propias. O si no es así nos sentimos culpables por expresar lo que sentimos.

Si este es tu caso, te animo a que leas un libro en el que se nos enseña a decir "NO" y a tener un comportamiento asertivo, algo que francamente creo que debería ser una asignatura.
Un comportamiento es asertivo cuando expresamos lo que pensamos, sentimos o deseamos de una manera clara y directa, pero, al mismo tiempo, calmada y amable. Actuar asertivamente no es ser brusco, sino sincero y por encima de todo, es ser honesto.

Los prestigiosos autores Carmen Pastor y Juan Sevilla, reconocidos psicólogos clínicos, abordan las manifestaciones más comunes de asertividad: como aprender a decir “no”, saber pedir ayuda, formular una crítica, etc., pero actualizan el concepto de asertividad y lo amplían a otras áreas como el perdón, la comunicación sexual, la relación padres-adolescentes o cómo ligar. Esta es un guía repleta de ejemplos y situaciones de la vida cotidiana en los que el lector puede verse reflejado.

Si alguien está interesado en leer este libro, puede encontrarlo en La Casa del Libro: https://www.casadellibro.com/libro-tambien-puedes-decir-no/9788415132189/5009000

miércoles, 5 de julio de 2017

Fibroniebla: Detrás de un día triste viene otro feliz



Hola a tod@s:
Este fin de semana he tenido una experiencia para mí “nueva” con la fibromialgia. Como sabréis los que me leéis, yo no sufro fibromialgia, sino que es mi amiga Nina, la que la padece.


Estábamos tomando una horchata en mi casa, mi amiga, su hija y yo, y mi amiga muy preocupada me decía que hacía poco le había pasado algo preocupante, y era que ella quería decir “leche con galletas” pero realmente decía “pan con galletas”. Mientras trataba de explicármelo en ambos casos decía “pan con galletas” y fue finalmente su hija (mi sobrina putativa de 13 años) la que me lo explicó.
Fibroniebla: Detrás de un mal día viene otro mejor

Dada la impotencia de mi amiga para expresar lo que quería y lo absurdo de su explicación, teníamos dos opciones: ponernos tristes o reírnos. Cómo dice la canción de Peret, “es preferible reír que llorar”, así que acabamos las 3 desternilladas de risa y tomando leche con galletas (puse pan al lado por si acaso).


Ya más tranquilas y relajadas estuvimos hablando de las fibroneblinaso fibroniebla (del término inglés “fibro-fog”) que son problemas cognitivos relacionados con la fibromialgia que producen una cierta dificultad para pensar.
Los síntomas varían según la persona, pero, normalmente aluden a momentos en los que se tienen  lapsus de memoria a corto plazo, dificultad para expresarse o encontrar las palabras adecuadas, transposición de letras y números, pérdida de claridad mental, poca concentración y atención, dificultad para entender o retener lo que se lee, perderse en una conversación al escuchar o hablar, distraerse con facilidad, confusión, lentitud mental, etc. Qué os voy a explicar a vosotr@s.


Las causas que originan estos problemas cognitivos son tan desconocidas como las de la fibromialgia, sin embargo, existen múltiples teorías que podrían explicar el cuadro clínico:
Falta de sueño reparador.
Depresión o alteración del estado de ánimo.
Volumen o flujo anormal de sangre cerebral.
Distracción mental debido al dolor.
Para tratar de controlar la fibroniebla, los expertos recomiendan:
  • Reducir el estrés, la depresión y el insomnio, para así mejorar nuestras crisis de dolor.
  • Pedir a nuestro médico que nos controle la medicación, por si puede estar causando alguno de nuestros problemas cognitivos
  • Entrenamiento cerebral, ya que ejercicios de memoria, juegos de palabras y otras actividades similares nos ayudarán, de una manera amena y efectiva, a recuperar nuestras habilidades cognitivas afectadas.
Lo de reducir el estrés, la depresión y el insomnio, no depende obviamente de nosotros, sino de factores externos y de la propia fibromialgia, así que no nos fijaremos en ello. Aunque podemos probar las técnicas de relajación de las que hablamos en este blog. Nunca está de más dedicar unos minutos a vencer el estrés. Oír música no nos va a venir mal tampoco.


Lo de hacer ejercicio (moderado y adaptado a la fibromialgia) lo podemos probar. Os remito a entradas anteriores donde hemos tratado este tema.
Hablar con nuestro médico es fundamental, siempre que aparezcan nuevos síntomas. Él o ella decidirán si deben o no modular nuestra medicación.


Lo del entrenamiento cerebral puede resultar hasta divertido, así que vamos a ver algunos consejos para realizar este entrenamiento y lograr que la fibroneblina nos afecte lo menos posible. No os asustéis. No son nada del otro mundo pero ayudan:
  1. Repetir las cosas varias veces para recordarlas posteriormente. Vamos como cuando estudiábamos.
  2. Apuntar las tareas o lo que quieras recordar en un calendario, en una agenda o en post-it, en listas... Os aseguro que esto hay que hacerlo, aunque no se padezca de fibromialgia.
  3. Elige el mejor momento del día para aquellas tareas que precisen más concentración (normalmente es al inicio de la jornada, pero cada cuál es cada quién).
  4. Hacer ejercicios que precisen concentración y activen la memoria (crucigramas, puzles, leer, sopas de letras, sudokus, jugar a las cartas, a las damas, al ajedrez, la play… Lo que os guste y os estimule).
  5. Hacer ejercicio físico, por lo de mens sana incorpore sano… (me repito, pero todo el mundo lo recomienda, así que enviadme vuestras experiencias. Yo soy de la opinión de que bastante hago a lo largo del día para encima hacer ejercicio, pero…).
  6. Evitar distracciones innecesarias. Si os resulta difícil concentraros al hacer una actividad, evitad distraeros con la radio, la televisión… Si tenéis un lugar de trabajo mejor.
  7. No tratéis de hacer dos cosas a la vez. Haz lo que hagas, y fija tu concentración en un solo objetivo por vez. Olvídate durante las crisis de “matar dos pájaros de un tiro”.
  8. Tómate tu tiempo al realizar cada tarea. Como dice la canción “pasito a pasito, despacito”.
  9. No trates de hacer más de lo que puedas. Hoy estás mal. Haz lo estrictamente necesario y mañana será otro día.
  10. No está de más que aviséis a la familia y amigos con los que os vayáis a ver ese día que no estáis en vuestro mejor momento.
  11. Mantener una conversación ayuda a ejercitar la mente. No hace falta que sea muy profunda, tan solo que os concentréis en seguir el tema y en aportar vuestra opinión.
  12.  Y volviendo al inicio de esta entrada, tratad de reíros de la situación. La risa relaja y puede ser vuestra mayor aliada. El optimismo siempre debe ser bienvenido. Además, técnicamente, la risa es considerada una forma de ejercicio. 15 minutos de risas = 30 minutos de abdominales y estamos en plena “operación bikini” 😊
Recordad que después de un día triste viene otro feliz, así que mucho ánimo y un abrazo a tod@s.

Fuentes: Articenter